domingo, 4 de octubre de 2009

Memorias de un desterrado - Capítulo 4


Enseñanzas

Comencé a hacer amistad con uno de mis siervos, y pronto un hermano antes que consejero. Se hacía llamar Haar, pero todos sabían que ése no era su nombre. Pronto me enteré de que no era como los demás y por ello habíamos contraído vínculos tan deprisa. Era un esclavo tomado en el lago de Irth, al sur del Altar, y por lo tanto fiel a Girenda.

Tenía la esperanza que un día yo tomase el control del Cónclave y que devolviera al lugar lo que le pertenecía, cosa que con la Tiranía de mi padre era impensable.
Me enseñó el arte de extraer esencias de todo cuanto tuviese vida y a obtener agua como por arte de magia en un paraje tan seco como lo era la Llanura pútrida. Sus enseñanzas me sirvieron para poder sobrevivir a un mundo de sombras, él sabía que la esencia verde era intensa en mí.

Los nigromantes empezaron a mirar la relación entre ambos como una amenaza, temían que el espíritu de mi padre no residiese en mí. El caso es que vieron prosperar la expansión hacia tierras vírgenes y a engrandecer las reservas de esencia con dos nuevas clases, anulando esa posibilidad.
Lo que no sabían era que yo sabía cómo combinar algunas de ellas, para crear bucles de energía por ejemplo. La esencia oscura convergía a la perfección en mis manos con la verde.


Estaba listo para partir hacia las pobladas junglas de Irth. Partiría a primera hora, con la aparición de la segunda luna menor, y no iría solo.

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