domingo, 4 de octubre de 2009

Memorias de un desterrado - Capítulo 1


Bienvenido a Relsus


Partimos desde el plano más alejado de todos. Un plano que no debería existir.
Esta historia es, quizás, la más compleja de todo el Multiverso por lo que resulta extraño que apenas se haya citado en los escritos.

El paradero de Relsus fue encontrado por un humilde habitante de las mohosas granjas del cuarto distrito hace años, seguido por sus impulsos de conocimiento y expansión, pero sobretodo por el odio a todo lo que fuera de su amado huerto habitaba.
Sin nadie saberlo, fue el encargado de mantener informado a una red de necrosabios ocultos bajo el manto susurrante de la superpoblación de la Ciudad de los Gremios, cambiando información por conocimiento a partes iguales.
Poco a poco fue adquiriendo habilidades sobrenaturales gracias al saber que aquellas sombras, que muchos temían y que pocos habían presenciado, le otorgaban.

Sus germinaciones eran cada vez más y más fuertes con cada temporada. Un día, la comunidad del Señor de los Secretos fue tan lejos que súbitamente fueron conscientes de lo que estaban haciendo y de lo que sucedería el día en que ellos no tuvieran nada que dar al infravalorado elfo del fango. Fue entonces cuando se plantearon buscar otra fuente de información para seguir controlando todo a su voluntad y deshacerse de él. Y se disipó, como figura rodeada de niebla una noche, sin dejar rastro.

Nadie se imaginaba que seguía vivo hasta que el mito se hizo carne y el Pútrido volvió para imponer su voluntad. Se había convertido en Caminante y recreado a su alrededor un Plano como nunca se había visto antes. Aprendió muy bien las artes de lo oculto y hizo exactamente lo mismo con él. Nadie que no haya nacido allí jamás encontraría su paradero.
En ese oculto lar, el día es la noche y la noche un infierno viviente. Las gentes que habitan el lugar son de bastas costumbres y conocimientos rudos basados en dos deideades, Durks dios del Fuego y la Luz y Girenda diosa de la vida.
Durante siglos el elfo de sombra había luchado contra los dos espíritus nobles y consiguió una lucha entre ellos que acabó debilitándolos para doblegarlos después a su voluntad, anulando sus poderes y así conseguir reducirlos a una vulgar raza de almas vagantes. Fue entonces cuando un mundo de tinieblas se cernió sobre Relsus, y jamás volvió a ser lo que fue.

Hoy soy un habitante más de Relsus, pero fui hijo de los acueductos de Rávnica.
Mi nombre es Zarf, y mi legado es el mundo de sombras que creó mi padre. Como él, poseo grandes dones, pero mi propósito es restaurar el plano que destruyó y crear un lugar prospero y lejano de el aura de oscuridad que nos envuelve.

Pero para ello, primero debo seguir sus pasos.

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